miércoles, 15 de abril de 2015

Lectura Recomendada, "Invento Argentino que 84 años después sigue mas vigente que nunca"




Pablo L. Mirizzi (1893-1964), Cirujano argentino
que realizó la primera colangiografía transoperatoria
en Córdoba, en el año 1931.



El 17 de octubre de 1931 el cirujano cordobés Pablo Luis Mirizzi leyó en el Tercer Congreso Argentino de Cirugía el trabajo "La exploración de las vias biliares principales en el curso de la operación" en el que presentó y describió la Colangiografía Intraoperatoria. Este método permite explorar radiológicamente las vias biliares durante la cirugía por medio de la introducción de sustancia de contraste. Hoy, 84 años después, el procedimiento fue adoptado universalmente como elemento fundamental del diagnóstico biliar intraoperatorio, y se ha convertido en uno de los mayores aportes de la ciencia argentina a la cirugía. Su utilización continúa en los quirófanos del mundo entero, con la misma técnica que describiera Mirizzi en su trabajo original. Ello se debe a que redujo drásticamente el porcentaje de exploraciones negativas, la cifra de cálculos residuales del colédoco y bajó la incidencia de lesiones de vía biliar, facilitando la detección y reparación en el mismo acto quirúrgico con un buen resultado.
La técnica resultó tener tanto relevancia que el Dr Ricardo Finochietto propuso llamarla "mirizzigrafía" en honor a su creador, y es ésa la denominación con que en la actualidad indistintamente se llama a la colangiografía intraoperatoria en el mundo.
Mirizzi nació en la ciudad de Córdoba el 25 de enero de 1893, hijo único de inmigrantes de condición humilde situación que solía recordar permanentemente, estudió medicina en la universidad de su ciudad natal y se graduó en 1915 con las mejores calificaciones de su promoción. Subsecuentemente le fue otorgada una beca con la que se especializó en cirugía en algunos de los mejores centros quirúrgicos de los Estados Unidos como la Clínica Mayo y desde entonces visitó varias veces por año los mejores departamentos quirúrgicos del mundo. En el año 1926, cuando tenía 33 años fué designado Profesor de Clínica Quirúrgica en la Universidad de Córdoba.
En 1957 la Asamblea de la Société Internationale de Chirurgie, en un plenario con la representación de todos los países del mundo, lo nombró por aclamación Presidente del Congreso Internacional de Cirugía que se iba a celebrar en Munich dos años después. Este fue el reconocimiento que coronó su carrera, ya que era la primera vez que un cirujano de América Latina recibía el honor de ocupar el cargo que había sido ejercido por los más importantes cirujanos del mundo, entre ellos por Kocher, Lucas Championnere, Hartman, de Quervain y Leriche.



Original article
Impact of routine intraoperative cholangiography
during laparoscopic cholecystectomy on bile duct injury
F. A. Alvarez, M. de Santiban ̃es, M. Palavecino, R. Sa ́nchez Claria ́, O. Mazza, G. Arbues, E. de Santiban ̃ es and J. Pekolj
Hepato-Pancreato-Biliary Surgery Section and Liver Transplant Unit, General Surgery Service, Hospital Italiano de Buenos Aires, Juan D. Pero ́ n 4190, C1181ACH, Buenos Aires, Argentina.
Correspondence to: Dr J. Pekolj (e-mail: juan.pekolj@hospitalitaliano.org.ar)

Background: The role of intraoperative cholangiography (IOC) in the diagnosis, prevention and management of bile duct injury (BDI) remains controversial. The aim of the present study was to determine the value of routine IOC in the diagnosis and management of BDI sustained during laparoscopic cholecystectomy (LC) at a high-volume centre.

Methods: A retrospective analysis of a single-institution database was performed. Patients who underwent LC with routine IOC between October 1991 and May 2012 were included.

Results: Among 11 423 consecutive LCs IOC was performed successfully in 95·7 per cent of patients. No patient had IOC-related complications. Twenty patients (0·17 per cent) sustained a BDI during LC, and the diagnosis was made during surgery in 18 patients. Most BDIs were type D according to the Strasberg classification. The sensitivity of IOC for the detection of BDI was 79 per cent; specificity was 100 per cent. All injuries diagnosed during surgery were repaired during the same surgical procedure. Two patients developed early biliary strictures that were treated by percutaneous dilatation and a Roux-en-Y hepaticojejunostomy with satisfactory long-term results.

Conclusion: The routine use of IOC during LC in a high-volume teaching centre was associated with a low incidence of BDI, and facilitated detection and repair during the same surgical procedure with a good outcome.

Paper accepted 31 January 2014
Published online 24 March 2014 in Wiley Online Library (www.bjs.co.uk). DOI: 10.1002/bjs.9486

No hay comentarios.:

Publicar un comentario