Meses o años después de una cirugía, sobre todo si fue abierta o se presentaron complicaciones después de la misma (peritonitis, sangrado, etc…) incluso sin antecedentes quirúrgicos, la persona puede presentar distensión (hinchazón) del abdomen, dolores del mismo de mayor o menor intensidad (relacionados con la ingesta de alimentos o inclusos con los periodos menstruales en las mujeres), nauseas, vómitos, etc.
Cualquiera de estos signos y síntomas puede ser señal de que el paciente tiene algo.
Pruebas de imágenes como la TAC, pueden ser normales o no visualizar la causa de estos síntomas y dolores; sobre todo los que se producen tras las comidas y que llevan en muchos casos a importantes pérdidas de peso.
En estos casos en los que el paciente, aún con el TAC normal continúa teniendo los síntomas arriba referidos, realizar una laparoscopia exploradora nos permitirá hacer el diagnóstico, valorar todo el abdomen y solucionar el problema; que puede ser simple cuando se trata de una brida única (cuerda fibrosa que se forma tras la cirugía) o adherencias múltiples, más complejas de resolver.
En todos los casos, la laparoscopia exploradora nos va a permitir (sin llegar a cirugías abiertas), ver cuál es la causa de la distensión abdominal, las nauseas y los vómitos, y solo con la colocación entre uno y tres trócares (orificios por donde se mira el abdomen) diagnosticar y solucionar el problema.
Hoy, la laparoscopia exploradora debe ser considerada como un procedimiento diagnóstico, con la ventaja qué además puede ser terapéutica (curativa) en muchos casos.
Presentamos las imágenes de casos donde las bridas (o cuerdas) enredaban el intestino produciendo las crisis oclusivas, causantes de hinchazones y dolores abdominales.
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