Qué es una hernia?
Se define una hernia como la salida del contenido del abdomen a través de la pared abdominal. Este contenido pueden ser vísceras o grasas (epiplon). Las hernias más comunes son las hernias inguinales, pero existen diversos tipos de hernia.
Las hernias pueden ser de dos tipos:
Hernias Primarias: salen por orificios naturales: ingle, ombligo, etc.
Hernias Secundarias: se manifiestan a través de cicatrices de operaciones previas.
Las hernias primarias tienen su causa en una debilidad de los músculos del abdomen, secundarios a la anatomía defectuosa; aumento de la presión abdominal (obesidad, embarazo, etc..) o la edad, en la que se pierde músculo y la fuerza de estos, lo que hace más débiles los orificios naturales que se reflejan en el esquema.
Las hernias secundarias a cirugías previas son causadas por infección de la herida, debilidad de la pared abdominal o ambas cosas; siendo conocidas también con el nombre de eventración; pues cuando la hernia es grande el bulto puede alcanzar el tamaño de un balón de fútbol, pareciendo que por ahí va a salir todo el contenido del vientre (cavidad abdominal); de ahí el nombre de eventración.
Las hernias más comunes son las hernias inguinales, pero existen diversos tipos de hernia.
Diagnóstico de las hernias
El diagnóstico se realiza mediante exploración clínica: palpando el bulto o punto de salida de la hernia, al tiempo que le hacemos toser o que haga fuerza el paciente para que de esta forma protuya el contenido de la hernia, apreciándose mejor.
En ocasiones, especialmente en personas obesas o hernias pequeñas, puede ser necesario realizar una ecografía de pared abdominal o TAC para obtener el diagnóstico.
Tratamiento de la hernia
Una vez diagnosticada la hernia, localización, tamaño y características de la pared abdominal, la primera elección es la cirugía laparoscópica, por las siguientes ventajas:
Aporta una visión interna de la anatomía del orificio herniario imposible de superar por cirugía abierta. Lo que permite una reparación más precisa y segura.
Al realizarse por orificios de 5 milímetros, produce menos dolor que cuando se corta la pared abdominal. Menores cicatrices (imperceptibles con el tiempo) lo cual es importante a nivel estético. Una rápida recuperación, pudiendo el paciente deambular en horas y puede realizarse en hospital de día o con ingreso de 24 horas. Esto dependerá del tipo de paciente (edad, enfermedades asociadas, etc…)
En las hernias secundarias o eventraciones, el tamaño, la debilidad de la pared (secundaria a la infección) y la necesidad de poner grandes mallas para disminuir el riesgo de recidiva, aconseja hacerlas por cirugía abierta, pero en centros especializado las realizamos también por laparoscopia obteniendo mejores resultados.